POSESION POR EL ANIMO
Cayo, en tanto mantenga su voluntad de hacer suya la parte del tesoro que le corresponde, sigue poseyendo la cosa por el ánimo, lo que explica la posible utilización del interdicto unde vi para que se le restituya la posesión que ahora tiene vedada por Ticio, quien no le permite acceder al fundo para desenterrar el tesoro.